Los Premios Goya, comunicación y empatía.
Anoche en la entrega de los premios Goya 2013 Javier Bardem
no fue creíble.
Ni Javier ni Maribel Verdú. La razón es sencilla: no se puede
comunicar algo (un sentimiento, una idea, un beneficio…) sin provocar empatía. Y los
televidentes que estaban siguiendo la gala twitter en mano así lo
manifestaron con frases tipo “#premiosgoya no se puede pedir libertad para el
Sáhara con un traje de 1000€ (…)”, “#premiosgoya pide para los pobres enjoyada hasta la médula
(en referencia a las palabras reivindicativas de la Verdú).” Etc.
Como bien define Kevin Hall en su libro “El poder de las palabras” (absolutamente recomendable), por un lado, la palabra “comunicación”
procede del latín “communicare” y
significa literalmente “compartir, tener
en común”. Esta palabra es “hermana” semántica de “empatía”, que significa “caminar por el sendero del otro” -path= camino, em = otro-. Por lo tanto para comunicar bien es necesario compartir
un terreno común, tener algo en común… Y desgraciadamente con sus trajes de gala,
sus fortunas y su estilo de vida ni Javier ni Maribel pueden hacerlo en
circunstancias como las de anoche. A nivel de comunicación, no es creíble
ningún discurso por mucho que en sus fueros internos sientan y crean lo que
intentaron proyectar, que no lo dudo.
imagen de www.rtve.es |
En mi opinión, porque Candela usó su propia experiencia, su
propio sufrimiento como mensaje “empático” en el que muchos televidentes se
sintieron identificados y por lo tanto empatizaron mejor con la emisora del mensaje. Los buenos comunicadores,
como los buenos creativos publicitarios no son los que tienen una gran
imaginación, sino los que hacen imaginar y Candela anoche regó el tiesto de la
imaginación de las personas que la estaban viendo. Todos y cada uno de nosotros fuimos capaces de hacer florecer una imagen mental clara de su discurso:
“… En estos tres años
he visto morir a mi padre en un hospital público donde no había mantas para
taparlo y le teníamos que llevar el agua", ha nacido un hijo de mis
entrañas y no sé qué educación pública le espera"…”
Hubo otras reivindicaciones además, en ese espectáculo
tedioso y egocentrista, tildadas de humor y sarcasmo, de denuncia o queja… y también
de esperanza, aunque me quedo con el mejor eslogan de la noche, de uno de los integrantes
de la premiada como mejor película Iberoamericana “Juan de los Muertos”; mitad Prince
mitad presentador con flor del Quinto Elemento: "En
Cuba no hay de nada pero hacemos de todo". Genial!
Pues eso, cuidado con los prescriptores en la comunicación,
sea publicitaria o no. Porque no todos pueden decir todo… Como decía George Bernard Shaw:
"El problema de la comunicación es que nos hacemos la falsa
ilusión de que se ha producido."
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