EL DOCTOR Y EL PACIENTE

Imagínese, querido Paciente, que usted tiene un problema de salud. ¿Qué hace? Se dirige al especialista, es decir, al Doctor… Pues así empieza esta pequeña historia con moraleja…

El Doctor, lo primero le dice que tiene que analizar el problema y que dentro de tres días le da los resultados y el tratamiento. El Paciente le dice que no, que le dé los resultados y el tratamiento en un día (Él no puede andar perdiendo el tiempo).

El Doctor, que no quiere perder al Paciente de su consulta, no tiene otro remedio que hacer la mitad de las pruebas en sólo un día. A la mañana siguiente le da el tratamiento, no del todo seguro de si es el adecuado. El tratamiento es 10 días de reposo y dos pastillas a tomar al día.

Para su sorpresa, el Doctor ve como el Paciente cambia su propio tratamiento según le conviene, sin fundamento ninguno y sin confiar en la prescripción del profesional…

De 10 días de reposo y 2 pastillas al día pasa a descansar 3 días sólo y a tomarse 4 pastillas al día de una marca diferente (porque El Paciente cree, le han dicho… ).

Al cuarto día, El Paciente está peor, a salido a la calle y todo el mundo ha visto su horrible cara, su aspecto sucio… y no hace otra cosa que echarle la culpa de todo al médico.

Ridículo, ¿no?. Se imagina usted replicando al especialista sanitario sobre su dolencia, cambiando el tratamiento, acortando tiempos de tratamiento... ¿?

Ahora imagine esto mismo en el proceso de realización de una campaña de publicidad y cambie “Doctor” por “Agencia” y “Paciente” por “Anunciante”. Vuelva a leer el texto y comprenderá lo kafkiano de una situación que se vive día a día en las agencias.

Leer para creer.